Cae una lluvia
torrencial. Salgo del parking llena de bártulos pero con una sonrisa y unas
ganas impropias de semejante día gris. Pero propias de lo que está por llegar.
Llego a Amarna.
Iván sonríe. Él también. Nos saludamos, ultimamos detalles, entro a la sala
universal.
Llega Carlos,
me alegra más el día. Nos abrazamos, me dice que no hay compromiso, que me goce
los preparativos, lo agradezco infinito.
Todo listo.
Incluso la parafernalia técnica, que funciona esta vez por fin. Pongo la música
de intro.
Empieza a
llegar más gente. Me encanta ver tantas caras conocidas. Y la sorpresa de las
desconocidas. Ha salido el sol en la sala.
Respiro hondo,
espero cinco minutos más, cortesía con los que siguen inundados en las calles.
Repaso mis
notas, decido comenzar, cortesía para los que se han esforzado en estar
sentados a tiempo.
Sonrío con toda
el alma. Me tiemblan las piernas.
Empiezo a
hablar. Me tiembla la voz.
Fluyo como si
no fuera yo la que habla. Disfruto como pocas veces lo había hecho. Observo sus
caras, me alegran sus miradas, me llena toda su atención, me calienta el
corazón.
Estás aquí,
estás escuchando, estás sintiendo, estás conectando, tú también eres parte de
esto. La parte más importante, de hecho. El protagonista de esta película,
aunque la que está de pie sea yo. Porque yo simplemente estoy en este lado del
escenario para recordarte lo que ya sabes. Para agradecerte que me hagas de
espejo.
Así que gracias
por haber venido, A., Adolfo, Ana, Ana Rosa, Blanca, Carlos, Carmen, Clara,
Cristina, David, Domingo, Gema, Gema, Isabel, Isabel, Juan, Laura, Lola, Luis,
Luis, Maite, Marian, Pili y Sagrario. Porque tu presencia hizo que el
mundo sea un lugar un poco mejor. Porque sé que lo que hayas reconocido en ti
se expandirá a tu entorno y tocarás la fibra a los que necesiten tu contacto.
Y también
gracias a ti, Marisa, Mercedes y Patricia, aunque no pudiste venir, porque sé
que parte de ti quedó trabada y pronto nos encontraremos.
Y por supuesto
gracias a Iván Paredes, que hizo posible que el lugar se llenase justo de los
que tenían que estar allí. Y a David Flores, que impulsó esta nueva criatura. Y
a David Rodríguez, que abraza conmigo esta aventura cada día y sueña junto a mí
cada noche.
Y recuerda… Tú
tienes las respuestas, tú tienes el poder.
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