Formando formadores

Durante este mes de diciembre he estado impartiendo dos cursos al staff de la Universidad Carlos III de Madrid. Para mí suponía todo un reto dirigirme a personal universitario, a quien admiro en su calidad de inspiradores del saber.


Pero el verdadero reto llegó al cruzar el umbral del aula:
yo esperaba que la mayoría fueran PDI (Personal Docente e Investigador), pero todos los alumnos resultaron ser PAS (Personal Administrativo y de Servicios). 

UC3M, Campus de Getafe

Estoy acostumbrada a tratar con profesores desde siempre, pero no me quedaba claro cómo enfocar la formación a este grupo de personas tan variopintas en sus funciones. Coordinador de IT, jefa de equipo de vicerrectorado, responsable de deportes, secretaria, ingeniero electrónico, profesor adjunto a tiempo parcial, responsable de logística y proveedores, mentor de emprendedores, ingeniero industrial, técnico en marketing y varios más, cubriendo actividades de lo más polifacéticas.

Cuanto más me adentro en el mundo de la educación, más claro me queda que existen muchas formas de formar. Desde hace algunos años, hay una discusión recurrente cuando trato con docentes: la figura tradicional del profesor, que transmite su saber desde arriba hacia abajo, ha dado paso a un paradigma evolucionado de maestro en la más amplia acepción de la palabra. Alguien que comparte, de arriba a abajo, su conocimiento y valores y a su vez recibe, de abajo a arriba, toda la sabiduría innata de sus alumnos, en un continuo intercambio que fluye en ambos sentidos. En Oriente lo tienen claro desde hace siglos. 

UC3M, Campus de Leganés

Y en este caso, los PAS me han mostrado que, aunque ellos no se suban a la tarima de las aulas ni se lleven casi nunca los honores ni las condecoraciones, se encuentran ahí detrás, entre bambalinas, apoyando y sosteniendo tanto a alumnos como a profesores, y cuando más ocupados parecen, incluso hacen hueco para dar soporte a Decanos, Rectores, y demás componentes de los Órganos de Gobierno. Y esa es una de las razones que hace tan importante su labor callada. A su manera, en sus áreas, están contribuyendo a educar a unos y otros. No sólo a los jóvenes estudiantes, como los PDI, sino a toda la comunidad universitaria, que vista en perspectiva es un microcosmos de nuestra propia sociedad. Por eso su lugar es clave, porque forman a los formadores, tiempo después de que éstos hayan recibido todo lo que sus carreras les proporcionaron. Y por eso para mí ha sido un honor formar a los que forman a los formadores, colocándome de este modo en la cúspide de la responsabilidad (buscando inspirar el cambio hacia toda la organización) y a la vez en la base de la humildad (la única actitud posible para estar receptiva a aprender.)




Una vez más, mis alumnos me han sorprendido. Ese es uno de los lujos de ser formadora, descubrir otros universos y enriquecer el propio con visiones de otras almas, con sus tribulaciones y grandezas. Y es algo que espero no deje de sucederme nunca. Para que no se me olvide mientras viva que, en definitiva, todos somos maestros y pupilos de nosotros mismos.



Desde aquí mi agradecimiento al Departamento de Recursos Humanos de la UC3M por convocar los cursos, a PS&i Consulting por gestionarlos y a la Comunidad de Madrid por financiar una formación de calidad.

Y por supuesto, gracias de corazón a todos los alumnos que han postpuesto sus tareas diarias para participar conmigo en este entrenamiento. Varios de ellos me han regalado sus generosos testimonios en este enlace.

Mi siguiente desafío para el año que viene es ampliar esta oferta formativa a las Universidades privadas. ¿Quieres que participe en la tuya? Contáctame y lo organizamos :-)