El otro día comí con una antigua compañera de trabajo, que me recordó que nunca es tarde para las buenas noticias, ni para los buenos deseos. Así que ahora sí.
Si eres una de esas personas que ha superado esa extraña época de destellos de neón, atracones de comida, excesos de bebida, encontronazos familiares, recuerdos dolorosos, mercantilismo de lo más sagrado, o tradiciones sin sentido…, yo sigo con ganas de desearte un feliz año nuevo. Y si eres uno de los que disfrutó de luz de verdad, encuentros deseados, espíritu de servicio y regalos con sentido… enhorabuena, eres uno de los elegidos.
Elegido para expandir esa ola de pensamientos agradables y actitud proactiva a quienes no han tenido tu misma bendición. En un caso, o en otro, esta imagen es para ti.
Diseño © David Rodríguez |
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